Medidas de comodidad durante el parto
Para algunas mujeres afortunadas, el trabajo de parto es menos desafiante. Para otras, puede ser muy incómodo y doloroso, pero no debe serlo necesariamente. Existen muchas formas de estar más cómoda durante el trabajo de parto. Puedes aprender y practicar técnicas de alivio del dolor naturales antes del trabajo de parto, y puedes probar otras a medida que el trabajo de parto avanza. También hay disponibles medicamentos y procedimientos médicos para cuando los necesites.
Es bueno que sopeses los beneficios y riesgos antes de decidir qué medida o combinación de medidas elegir para el gran día. Estas son tus opciones:
Alivio no médico del dolor
Técnicas de relajación. Los instructores de parto, los enfermeros y las mujeres que han utilizado esta técnica la recomiendan más que ninguna otra ya que es una forma no invasiva de reducir la tensión muscular y el dolor en el parto. La relajación corporal progresiva, como dar una ""caminata"" por tu cuerpo para reducir la tensión, es algo que puedes aprender y practicar desde antes para sentirte cómoda usándolo en el trabajo de parto.
Masajes. Pídele a tu pareja que te masajee los brazos, las piernas o la espalda durante el trabajo de parto, para ayudarte a relajar y a disminuir la tensión y el dolor.
Mécete. Pasa tanto tiempo como puedas durante tu trabajo de parto en una mecedora, moviéndote suavemente hacia adelante y hacia atrás mientras respiras y te relajas.
Caminar. Caminar, o incluso simplemente dar pasos en el lugar al lado de tu cama, disminuye la sensación de incomodidad mientras ayudas a que tus contracciones sean más fuertes y regulares.
Cambia de posición. No permanezcas en la misma posición por más de una hora y no te acuestes sobre la espalda. En cambio, intenta estar sentada sobre tu cama o una silla, acostarte de lado, ponerte de cuclillas y mecerte sobre un balón para parto o inclinarte sobre el respaldo de una silla o de tu cama de parto.
Hidroterapia. Prueba sentarte en la ducha con un duchador de mano contra la espalda o recostarte en una bañera con jacuzzi. No todos los centros de partos u hospitales tienen una bañera o una ducha en la habitación, así que si quieres usar este método de relajación durante el trabajo de parto, haz los arreglos necesarios para dar a luz en un centro que cuente con esto.
Aplicación de calor o frío. Una almohadilla térmica o bolsa de hielo sobre la espalda puede reducir la tensión muscular, mejorar la circulación y adormecer el dolor.
Respiración rítmica. Los patrones específicos de respiración te ayudan a mantenerte relajada y a concentrar la atención en algo que no sea el dolor durante las contracciones. Se utilizan tres técnicas (respiración lenta, modificada y de patrón) a medida que el trabajo de parto avanza.
Música. Asegúrate de tener tus canciones relajantes favoritas en el teléfono, iPod o laptop. No olvides llevar auriculares.
Muchas de las medidas de arriba se enseñan en las clases o cursos de preparto de Lamaze.
Medicamentos y anestesia
Medicamentos relajantes. Los fármacos pueden suministrarse en forma de inyección para ayudarte a relajarte si te sientes tensa, aunque pueden causar mareos. Pueden utilizarse en cualquier momento durante el trabajo de parto. Algunas veces, un relajante en combinación con las técnicas no médicas descritas arriba es todo lo que necesitas para poder atravesar las contracciones.
Anestesia epidural. Una epidural (una inyección de medicina que se coloca en la columna espinal) alivia casi por completo el dolor de las contracciones. Demora 30 minutos en hacer efecto. Aunque las epidurales ofrecen un alivio casi completo del dolor para la mayoría de las mujeres, existen riesgos: si se suministra demasiado pronto, antes de que estés en un buen trabajo de parto activo, una epidural puede ralentizar o detener el trabajo de parto, lo cual derivaría en otras intervenciones para agilizar el proceso.
Una epidural puede causar que baje tu presión arterial y aumenta las posibilidades de que tu médico necesite usar fórceps durante el parto, debido a la mayor relajación abdominal y tu menor capacidad de pujar. Esta menor capacidad de pujar y la relajación abdominal incluso pueden resultar en la necesidad de una cesárea si queda bloqueado el progreso del trabajo de parto.
Las epidurales también pueden levantar la temperatura de la mamá, lo cual requiere que esté separada de su bebé después del parto hasta que se descarte la posibilidad de una infección. Asegúrate de hablar de las ventajas y las desventajas con tu médico antes de que comience el trabajo de parto.
Es difícil saber con anticipación qué medidas de alivio para el dolor no médicas o médicas querrás usar. Una vez que te encuentres en trabajo de parto, puedes tomar decisiones sobre la marcha, según su intensidad y duración. Lo importante por ahora es hacer tu tarea. Averigua todo lo que puedas sobre tus opciones, habla con tu médico y confía en ti misma para tomar las decisiones correctas.
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